En el Proyecto DIGECP trabajamos para que los cuidados dejen de ser una responsabilidad invisible y se conviertan en un pilar central de la planificación local.

Desde el análisis de los usos del tiempo hasta la creación de ecosistemas corresponsables, el proyecto impulsa herramientas que permiten a los municipios entender mejor cómo se organiza el día a día de sus comunidades.

Cuando los cuidados se reconocen, se valoran y se distribuyen, se fortalece la igualdad y se mejora la vida de todas las personas.

El trabajo de cuidados es una pieza clave para entender la desigualdad de género y la necesidad de políticas públicas orientadas a la corresponsabilidad. Estas políticas buscan repartir de manera más justa el tiempo, los recursos y las responsabilidades entre mujeres y hombres, pero también entre Estado, mercado, familias y comunidad.​

¿Qué es el trabajo de cuidados?

El trabajo de cuidados incluye tanto las tareas domésticas como la atención a niños, personas mayores, personas con discapacidad o enfermedades crónicas, es decir, todo aquello que sostiene la vida cotidiana y el bienestar. Tradicionalmente se ha considerado «privado» y se ha asignado sobre todo a las mujeres, a menudo de manera no remunerada o muy mal pagada.​

Este desprestigio e invisibilidad explica que el trabajo de cuidados no aparezca plenamente en los indicadores económicos, a pesar de ser imprescindible para el funcionamiento de la economía productiva. Diversos estudios muestran que, de contabilizarse, el peso de este trabajo haría aumentar de manera notable el PIB y evidenciaría la sobrecarga femenina.​

Cuidados, desigualdad y corresponsabilidad

La falta de corresponsabilidad provoca que las mujeres trabajen más horas en el conjunto de trabajo remunerado y no remunerado, y que tengan salarios más bajos y trayectorias profesionales más fragmentadas. Esto contribuye directamente a la pobreza femenina, a las brechas salariales y de pensiones y a la menor presencia de mujeres en puestos de decisión.​

La corresponsabilidad implica repartir de manera justa y equilibrada las tareas del hogar y de cuidado, y considerarlas una responsabilidad compartida, no «natural» de las mujeres. Supone, también, implicar a los hombres en el día a día de los cuidados y cuestionar los roles de género que asocian masculinidad con provisión económica y feminidad con atención doméstica.​

 

Importancia en las políticas públicas

Las políticas públicas de cuidados con corresponsabilidad ponen el derecho a cuidar y a ser cuidado en el centro de la agenda social, equiparándolo a otros derechos humanos. El objetivo es construir sistemas integrales de cuidados que combinen servicios públicos de calidad, prestaciones económicas y regulación del tiempo de trabajo.​

Algunas líneas clave son: permisos laborales retribuidos e iguales para madres y padres, servicios de educación infantil universales, redes de servicios de proximidad para personas dependientes y medidas de flexibilidad laboral que no penalicen a las mujeres. Estas políticas buscan que los cuidados dejen de recaer casi exclusivamente en las familias —y, dentro de las familias, en las mujeres— y se conviertan en una responsabilidad social compartida.​

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Con el apoyo de la Unión Europea y la colaboración de INDA Iniciativas SL